¿Por qué bordamos los bolsos en franjas?

Bordar en franjas los bolsos no es una manía de taller: es un método pensado para mejorar el acabado, hacer el proceso más cómodo y mantener la lana en su mejor estado mientras trabajamos sobre la malla plástica. Aquí te lo cuento con detalle.

bolso malla plastica

Primero, ¿qué es la malla plástica?

La malla plástica (plastic canvas) es una lámina rígida de plástico con celdillas regulares —normalmente cuadradas— que funciona como base para bordar y aportar estructura a piezas como bolsos, fundas y monederos. Se corta con tijeras, no se deshilacha, soporta bien el uso diario y permite coser posteriormente las piezas entre sí para formar el bolso. Precisamente por su rigidez y por el rozamiento que genera en cada puntada, conviene organizar el bordado de forma inteligente… y ahí entran las franjas.

Nota importante: con malla plástica no hay que estirar la lana. La puntada debe entrar y salir sin tensión extra. Forzar o “tirar” del hilo no mejora el resultado; al contrario, puede aplastar el relieve, empeorar la uniformidad y, en casos extremos, dañar la malla.

Razones para bordar en franjas

  1. Nudos de fábrica y tramos defectuosos. Algunas madejas traen nudos o empalmes. Si trabajas por franjas, puedes detectar y retirar ese tramo en el momento sin “contaminar” el resto del bolso. Cortas, rematas esa franja y sigues, sin que el nudo quede atrapado en una zona visible o crítica para el cosido.
  2. Remates más limpios y resistentes. Cada franja se cierra y remata antes de pasar a la siguiente. Esto reduce hilos sueltos viajando por debajo de muchas celdillas y deja los bordes más ordenados, lo cual facilita el cosido final de las piezas (laterales, base, solapa) y mejora la durabilidad.
  3. Menos torsión y menos “despeluche”. La malla es dura y genera rozamiento. Si usas hebras largas y bordas grandes superficies de una sola tirada, la lana puede torcerse y, con el roce, despelucharse. Trabajar por franjas con tramos cortos reduce el recorrido de cada hebra, baja el desgaste y mantiene el aspecto mullido y uniforme.
  4. Más control del dibujo y del color. Al avanzar por franjas, verificas el patrón tramo a tramo: alineación de chevrons, cuadros tipo vichy, cambios de color, degradados… Si algo no cuadra, lo detectas pronto y corriges solo esa franja, en lugar de deshacer media pieza.
  5. Control real del consumo de lana. Las franjas te permiten medir mejor cuánto gasta cada color y estimar lo que falta, evitando quedarte corto al final. También minimizas sobrantes y planificas reposiciones con cabeza.
  6. Comodidad y ritmo de trabajo. Dividir en franjas hace el proyecto más llevadero: completas micro-objetivos, descansas la mano cuando toca y mantienes un ritmo constante sin fatiga ni prisas. Además, es ideal para parar y reanudar sin perderte.
  7. Acabado uniforme en relieve y dirección. Al mantener el mismo sentido de puntada dentro de cada franja (y repetir ese orden franja a franja), el relieve queda coherente en todo el bolso. Evitas zonas con brillos raros o variaciones por cambios de dirección improvisados.
  8. Menos errores “cascada”. Si cometes un fallo, el daño se limita a una sección pequeña. Deshaces y rehaces sin tocar áreas bien bordadas, ahorrando tiempo y manteniendo intacta la motivación.

Cómo aplicarlo (paso a paso)

  1. Planifica el orden de las franjas (horizontal o vertical) según el diseño.
  2. Prepara tramos cortos de lana para cada franja (trabajar en secciones reduce el desgaste por rozamiento).
  3. Borda sin estirar: la lana debe deslizarse con suavidad; la malla no necesita tensión adicional.
  4. Remata al terminar cada franja; oculta las colitas dentro de la misma sección para un interior limpio.
  5. Comprueba el patrón y continúa con la siguiente franja manteniendo el mismo sentido de puntada.

Truco extra

En diseños con contraste (por ejemplo, fondo claro y motivos oscuros), empieza por la franja del color más oscuro en la zona de cierre para que esa transición quede perfecta cuando montes el bolso.

En resumen, bordar en franjas es la forma más práctica, limpia y previsible de trabajar con malla plástica: protege la lana, ordena el proceso y eleva el acabado final. ¿Probamos tu próximo modelo siguiendo este método?

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